Insisto en el concepto de que es fundamental el diagnóstico temprano del cáncer para lograr su curación. Por eso es importante conocer que muchos tumores dan signos clínicos que ayudan a diagnosticarlos precozmente. Algunos de ellos son expresión de condiciones benignas pero es su persistencia o agravamiento lo que debe motivar una consulta médica. Es el caso de los lunares en la cara o el torso, sobre todo en las personas blancas. Deben acostumbrarse a revisarlos permanentemente buscando cambios en la coloración, bordes, crecimiento y a veces sangramiento que a veces llegan a transformarse en carcinoma basocelular o carcinoma epidermoide, los cánceres más comunes de la piel, siendo más peligroso el último.
Más raro y muy agresivo sería un melanoma cuando se trata de lunares muy oscuros, violáceos que aparecen repentinamente en cualquier zona del cuerpo de crecimiento rápido o muy irregulares. A veces el melanoma es incoloro, amelánico, pero igualmente tiende a crecer rápidamente, ser amorfo, sangrar, invadir en profundidad y diseminarse.
El sangramiento nasal relativamente común en muchas personas puede tener origen alérgico, irritativo, capilar o hereditario, pero conocemos que lo producen tumores de las fosas nasales, más posteriores en la nasofaringe o de los senos paranasales, cavidades de aire de los huesos maxilares y frontal, etmoides en la porción más posterior y alta de la nariz o esfenoides en la base del cráneo, más raros.
Pequeñas placas o ulceraciones de los labios, las mejillas en su cara interna, la lengua, amígdalas o el paladar, son lesiones benignas
la mayoría de las veces pero pueden representar el inicio de tumores en ésas áreas y deben ser examinadas si persisten, crecen, sangran o duelen. Juega aquí un papel importante su odontólogo, que debe revisar minuciosamente la boca, ya que está en capacidad y cuenta con instrumentos y luz apropiada para examinar bien la cavidad oral. El crecimiento anormal de las amígdalas, que no cede a los antibióticos o antiinflamatorios debe ser evaluado para descartar tumor local.
Está claro que las mujeres y por qué no, los hombres que se palpen nódulos o “pelotitas” en sus mamas que no habían notado y de crecimiento continuo deben descartar tumores mamarios, que pueden ocasionar sangramiento por los pezones o presencia de nódulos en las axilas. Escupir con sangre es por lo general la expresión de alguna inflamación de la faringe o vías respiratorias, inclusive tuberculosis, pero a veces se trata de un signo de alarma de algún tumor de la faringe, laringe o pulmonar. La ronquera o disfonía es la forma de expresarse lo tumores de la laringe, que deben sospecharse sobre todo en fumadores crónicos, alcohólicos y quienes trabajan con gases irritantes, solventes o derivados del petróleo. Tumores de la glándula tiroides a veces pueden ocasionar ronquera.
La dificultad para tragar, con o sin dolor, acompañada de regurgitaciones de saliva o sangre son signos de un tumor del esófago. Los del estómago llegan a avisar con sangramiento de sangre rutilante por la boca o heces negras por el recto que resultan de la sangre digerida. La acidez con dolor del abdomen superior que no responde a los tratamientos habituales con antiácidos comunes, debe ser motivo de consulta a su gastroenterólogo. Es imperativa la visita al especialista de los mayores de 45 años y con más razón si hay antecedentes de tumores digestivos en su familia.
La ictericia o color amarillento de la piel y las mucosas son debidas la mayoría de las veces a hepatitis o cálculos de las vías biliares y deben ser estudiados minuciosamente porque de manera menos frecuente se deben a tumores del hígado, vías biliares o el páncreas. Si usted es aficionado a la bebida debe asumir la responsabilidad de consultar regularmente al gastroenterólogo. El alcohol excesivo es un aliado, sino culpable a veces de cáncer digestivo. El aumento de volumen anormal del abdomen puede deberse a acumulación de líquido, frecuente en la cirrosis o a la desnutrición severa o puede tratarse de un tumor de alguna víscera abdominal o pélvica como el hígado, páncreas, bazo, ganglios linfáticos u otros tumores como los de ovario y otros del sistema digestivo, avanzados, que producen acumulación de líquido abdominal, la llamada ascitis.
Los ovarios tienden muy frecuentemente a originar quistes benignos pero también producen l tumores malignos que pueden ser quísticos o sólidos y se presentan en niñas y adolescentes con cierta frecuencia. El sangramiento ginecológico durante las relaciones sexuales o espontáneo fuera de la menstruación puede ser aviso de alguna lesión del cuello uterino. Igualmente el sangramiento genital en las mujeres post menopáusicas puede avisar de un problema tumoral del endometrio o mucosa que recubre al útero por dentro, al igual que el crecimiento rápido del tamaño uterino podría tener origen tumoral. Los lunares o verrugas en la vulva o el pene a veces son simples verrugas virales por VPH, pero este virus puede originar también cáncer de los genitales externos.
Orinar con sangre es ocasionado frecuentemente por una cistitis o u problema inflamatorio de las vías urinarias siendo el aviso también de tumores de los riñones, vejiga o próstata. Ésta última crece de manera normal a lo largo de la vida masculina y produce obstrucción de la salida de orina, disminuyendo el calibre del chorro, dispersión del mismo y por ende acumulación de orina en la vejiga que se dilata, causado por crecimiento benigno prostático y el crecimiento de un tumor cerca de la uretra que obstruya el flujo de orina menos frecuente pero debe estudiarse.
Crisis de diarrea alternadas con estreñimiento de manera persistente, sangramiento al evacuar o dolores internos al evacuar se presentan en los pacientes con divertículos, colon irritable o parasitosis intestinales y deben ser motivo de estudio ya que también son signos de tumores las diferentes porciones del intestino grueso, el colon. Los tumores anales, más frecuentes de lo que usted pueda pensar, pueden confundirse con hemorroides, fisuras anales u otros problemas menores que siempre deben ser consultados al especialista.
¡No se alarme! Nada de lo descrito es un síntoma exclusivo del cáncer. No lo será la más de las veces pero hay que tener en cuenta las posibilidades, sobre todo si persisten los signos.
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