Cuando los oncólogos nos reunimos o leemos sobre un paciente que tiene un tumor canceroso, solo con describir el estadio en que se encuentra al momento del diagnóstico, los especialistas nos imaginamos las características de la lesión, que posteriormente por supuesto se ratificarán con los detalles del caso. Inicialmente es importante el órgano o parte del cuerpo en que se sitúa la lesión.
Usted oirá seguramente términos que le pueden llamar la atención y a veces los médicos no explicamos como debe ser. Por ejemplo un tumor in situ es una lesión ubicada en el espesor del tejido afectado, que contiene células malignas, pero estas no han profundizado como
para diseminarse, no llegan a los vasos sanguíneos o linfáticos y no son invasoras. Las lesiones localizadas pueden ser invasoras, tienen riesgo de diseminarse pero se mantienen en el sitio de origen. Una lesión infiltrante afecta los tejidos vecinos al sitio de origen de la lesión. Metastásica es aquella que se ha diseminado por fuera del área originaria del tumor a otros órganos. Las células que se desprenden de un tumor se llaman metastásicas y se pueden "sembrar" en ganglios linfáticos cercanos o en órganos más distantes. Esas células tiene un metabolismo más acelerado que las normales y capacidad de adaptación en otros órganos hacia los que son transportadas en la sangre. Afortunadamente el sistema inmunológico del paciente detiene o destruye la mayoría de ellas antes de que se puedan estabilizaren otros sitios. Cuando el tumor se hace más voluminoso la cantidad de células que se desprenden o son transportadas es mayor y así la posibilidad de que se formen metástasis. De otra manera si se deja evolucionar la enfermedad se ven afectadas las condiciones generales del paciente, merman sus defensas inmunológicas y el tumor tiende a crecer y diseminarse. Todo lo dicho es particular para cada tipo de tumor y de muchos parámetros de los que dependerá su agresividad.
Una vez diagnosticado un cáncer se solicitan estudios basales o iniciales que nos permitirán encasillarlo en un estadio o etapa de la enfermedad. Desde que se ideó en los años 50, este sistema de estadiaje ha variado y mejorado muchísimo hasta la manera como se hace hoy día. Se usan básicamente
tres características para clasificar por estadios un tumor: El tamaño (T), la presencia de ganglios linfáticos o nódulos anormales en su área de drenaje correspondiente (N Nodes = ganglios o adenopatías en inglés) y que se haya o no diseminado a través de metástasis (M). Generalmente la T se describe en menor de 2 cm T1, 2 a 4.9 cm T2, 5 o más cm T3 y T4 si el tumor infiltra órganos adyacentes. El segundo parámetro es la presencia o no de ganglios linfáticos afectados para lo que se usa la "N" (N = Nodes, ganglios en inglés) N varía también del 1 al 4 dependiendo del número de ganglios afectados y su conformación y ubicación. Las metástasis se describen por lo general como M1 y se les agrega la inicial del órgano en que hay metástasis por ejemplo Mo óseas, Mh hepáticas, Mp pulmonares, Msnc sistema nervioso central, cerebro o médula espinal y así. T0,N0 o M0 se utilizan para decir que no hay tumor, ganglios o metástasis.
Al inicio esta clasificación parte del examen clínico del paciente y se completa con estudios de imágenes como ultrasonido, TAC o Resonancia Magnética Nuclear y otros estudios específicos que complementan las características iniciales del tumor diagnosticado.
Unidos los tres elementos, tamaño, ganglios y metástasis, estadificamos a los tumores del Estadio I al IV. Desde un tumor pequeño, sin adenopatías y metástasis estadio I a un tumor voluminoso, que puede invadir estructuras adyacentes y originar metástasis a distancia que se clasificaría como un estadio IV.
De acuerdo al estadio se planifica el tratamiento a seleccionar discutiendo el caso en el equipo conformado por cirujanos, oncólogos médicos y radioterapeutas para definir el la conducta y predecir en lo posible pronóstico de cada caso.
En la actualidad se han agregado otros factores a la estadificación TNM como es el grado de diferenciación de las células que conforman la lesión. Bien diferenciado. moderadamente o poco diferenciado de acuerdo a lo similares que sean a los tejidos de que se originan. Un cáncer bien diferenciado tiene mejor pronóstico que el indiferenciado. De
igual manera en varios tumores se tienen en cuenta aspectos genéticos de sus células como el tener genes que les produzcan receptores hormonales, o que las hacen sensibles a determinados medicamentos o el tratamiento con radiaciones, de allí la importancia de su estudio mediante un método conocido como inmunohistoquímica que permite averiguar esos genes y clasificar mejor histológicamente los tumores, del que hemos ya escrito en otros blogs.
No es el propósito de este articulo el que usted clasifique tumores o los estadle pero si el que comprenda que desde el momento en que es diagnosticado es necesaria la estadificación correcta del cáncer específico para adoptar la conducta terapéutica adecuada.
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