Desde que el ser humano es consciente ha reconocido que quienes por su actividad u oficio son más activos, emplean la fuerza o el movimiento frecuentemente, desarrollan masa muscular en relación a las personas sedentarias. El ser humano notó tempranamente que la delgadez está asociada al sedentarismo y enfermedad y el desarrollo muscular a la salud y el ejercicio. Desde la remota antigüedad encontramos civilizaciones que se valieron de
prácticas físicas como un medio de encontrar y mantener la salud. Siglos antes de Cristo en las sociedades chinas y griegas se reconocían los beneficios que la actividad física otorgaba a la salud. El Kung-fu se conoce en la China desde antes del 2500 a.C. con fines religiosos y la cura de enfermedades por debilidad. La gimnasia y el yoga son igualmente conocidos de mucha antigüedad en la India. La civilización griega fue una de las pioneras en incluir los ejercicios físicos en la vida personal, convirtiéndoles en pilares de su cultura y educación. Se le daba muchísima importancia a los juegos atléticos en las celebraciones de sus fiestas. Los gladiadores romanos dependían también del físico principalmente para destacarse y sobrevivir.
Por supuesto que aunque desde la antigüedad han destacado los hombres de mejor apariencia física e inteligentes, es desde finales del siglo XIX que muchas personas se dedicaron expresamente al desarrollo muscular mediante ejercicios con peso principalmente, para mejorar la apariencia física y su salud. Se crearon los gimnasios y los equipos para ejercicios con peso rudimentarios, pero efectivos como se comprobó rápidamente. El yoga, la calistenia, las barras, sentadillas, dominadas y paralelas pasaron de lo profesional a su uso relativamente común en parques, colegios y hasta en los hogares. Se hizo el ejercicio parte de la vida cotidiana en las comunidades.
Pero es a mediados del siglo pasado y mucho más en lo que va del actual en que la medicina, la biología y otras disciplinas asocian el ejercicio con una mejor salud, con la longevidad y calidad de vida y se sigue demostrando día a día el beneficio de caminar, correr y hacer ejercicios de fuerza. La alimentación, las dietas, las vitaminas y muchos otros factores se relacionan con la salud y longevidad pero no funcionan adecuadamente si no se acompañan del entrenamiento físico regular.
Y es aquí donde he querido llegar para transmitirle uno de los mensajes más importantes de este dominio web. USTED DEBE HACER EJERCICIO AL MENOS 5 DÍAS A LA SEMANA, si quiere superar la expectativa de vida del ser humano actual, alrededor de los 78 años, en buenas condiciones y me refiero con eso a sufrir menos enfermedades cardiovasculares,
Alzheimer, cáncer, diabetes, infecciosas y pare usted de contar, que el promedio de la población. Es tan cierto y efectivo que se ha catapultado una maquinaria corporativa, económica y médica alrededor del ejercicio.
Básicamente dividiré los ejercicios en dos tipos principales los que tienen efecto predominante sobre el sistema cardiovascular (corazón y vasos sanguíneos) y los ejercicios que requieren fuerza en muchas modalidades, pero generan crecimiento muscular de alguna forma. Caminar, trotar, correr son el principal ejemplo de ejercicios cardiovasculares por naturaleza. Exigen el aumento de la frecuencia cardíaca y contracción o dilatación de los vasos, ayudando notablemente la salud de esos sistemas. Mantienen la presión arterial y el funcionamiento cardíaco en niveles óptimos de acuerdo a la edad de la persona que los ejecuta. Digamos que hasta los 35-40 años se corre o se trota (Jogging) y los de mayor edad trotamos suavemente o caminamos enérgicamente obteniendo los mismos resultados, comprobadamente. El correr o caminar lleva las funciones cardiovasculares a un nivel óptimo, que difícilmente se supera aumentando el tiempo o lo enérgico del ejercicio.
Después de ese nivel se producen efectos no deseables como disminución de la masa muscular y agotamiento físico innecesario que disminuye el rendimiento en las demás actividades que realiza la persona, a menos que se dedique a correr como deporte o profesionalmente. Fíjese que por lo general los corredores son delgados.
El ejercicio físico de fuerza por ejemplo pesas, Ligas, TRX, Bandas elásticas, Pilates, Posiciones de yoga, Isométricos, calistenia, tensión dinámica y pare usted de contar, requieren de esfuerzo muscular adicional y creciente, ya que el progreso en ellos se basa en aumentar el peso o esfuerzo al realizarlos, lo que genera masa muscular. El ejercicio de fuerza es necesario para generar tensión en las áreas de fijación de los músculos en los huesos y así mejorar la fijación del calcio y otros minerales.
El entrenamiento cardiovascular mejora la circulación en todo el cuerpo y tonifica al corazón y los vasos. El ejercicio de fuerza induce y mejora la circulación en las áreas que se ejercitan
y generan salud en los músculos, los huesos y articulaciones. Además de oxígeno y nutrientes llegan a todas partes las células sanguíneas relacionadas con la inmunidad, con la eliminación o confinamiento de las células infecciosas y cancerosas. Se mejora la movilidad, la respiración, la digestión y algo importante, la salud del sistema nervioso. Aparte de mejorar la circulación al cerebro, el ejercitarse exige concentración mental, necesaria para encontrarnos con nosotros mismos, alejarnos de la cotidianeidad, lograr un estado de armonía y por ende felicidad que contribuye a mantener una vida saludable y provechosa. Si Usted quiere disminuir las posibilidades de padecer cáncer, hipertensión, infartos, Alzheimer y otras enfermedades degenerativas, debe habituarse a hacer ejercicio muy frecuentemente. El espacio que he dedicado a este blog y la motivación que en Usted haya provocado para leerlo solo expresa la importancia que a mi parecer tiene el ejercicio para mantenernos vivos y sin cáncer además de muchas otras enfermedades. Insistiré en eso siempre.
¡EL EJERCICIO DIARIO ES NECESARIO PARA MANTENERSE VIVO Y SALUDABLE!
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