El nombre que le hemos dado a este blog, no es más que una excusa para continuar sembrando el concepto de que el paciente con cáncer, el paciente oncológico, es uno más, es una persona con una enfermedad relativamente común hoy en día y que, aunque puede ser mortal en algunos casos, la mayoría de las veces podrá resolverse si el paciente cumple su tratamiento correctamente. La verdad es extenso, largo, pero no me quedó alternativa. La navidad es importante en nuestras familias y nuestros pacientes con cáncer las deben vivir con nosotros, hay que hablar de ello.
Cuando una persona sufre un infarto, una hepatitis severa, una neumonía grave, un accidente traumático importante, se enfrenta a una patología o enfermedad que superará completamente, o le puede dejar secuelas que afecten el resto de su vida. Igual sucede con el cáncer: Si le es diagnosticado a tiempo y se le administra el tratamiento apropiado, el paciente tiene altas probabilidades de curar totalmente. Si no es así puede quedar con secuelas, o con enfermedad persistente que requiere de más tratamiento pero de todos modos aumentarán su expectativa y calidad de vida.
Si un ser humano tiene cáncer ¿Cómo celebrar la navidad? : Depende de sus creencias y el significado que para él tenga la navidad. Si para la mayoría de los católicos es la fiesta y jolgorio que significan el nacimiento del Niño Dios, para los chinos y japoneses no tiene ningún significado que no sea la mejor época de ventas del año, al igual que para muchos estadounidenses y europeos se ha orientado la celebración hacia San Nicolás, alrededor del cual hay una gran comercialización. Como se quiera ver, diciembre y la navidad se asocian con el nacimiento de Jesucristo. Católicos o no, la navidad termina siempre fortaleciendo los lazos familiares es excusa para demostraciones de amor o cariño y terminando el año se establecen metas u objetivos para el año nuevo. Esto no varía en lo absoluto en el paciente enfermo, y en el que hablamos, en el paciente con cáncer.
Comencemos con el más grave, el paciente con cáncer avanzado, aquel al que le ha diagnosticado su médico enfermedad incurable, que morirá de ella. ¿Cómo cambiar esa realidad? Imposible, irremediablemente morirá. Pero ¿es que acaso alguno de nosotros vivirá por siempre? Todos los días debemos agradecer que estamos vivos. La vida como la electricidad a la que nos conectamos y desconectamos todos los días, pasamos el switch en la noche y en las mañanas. Que nos encendamos depende de muchos factores. Pero la muerte es inexorable. Puede suceder a cualquier edad y sería redundante decir que no solo por cáncer. ¿Entonces? Que hago si mi médico me dice, por supuesto de manera profesional y humana, que voy a morir de mi enfermedad, ACEPTARLO Y MÁS NADA. Después de pasar el trago amarguísimo que puede ser el que me den tal noticia, debo asimilarlo, no negarlo, rechazarlo o buscar alternativas a veces ofrecidas por interesados o inescrupulosos. Es el momento de encontrarme con lo que he vivido, de regocijarme con quien lo desee, de amar más a quienes me rodean que de seguro estarán dispuestos a corresponderme. Es el momento de ordenar tanto la mente como las obligaciones, las propiedades, de dejar escrito lo que se debe hacer con lo poco o mucho que pueda tener. Es el momento crucial en la vida, sea católico, ateo, gnóstico, evangélico, budista o lo que sea, de conciliarme con mis creencias para terminar el tiempo que me queda EN PAZ Y CON QUIENES ME QUIEREN y si es navidad, con más razones. Los que no somos ateos tenemos un importante aliciente para sobrellevar esta situación, LA FE.
Seguimos con el paciente a quien se le diagnostica un cáncer voluminoso, avanzado si se quiere, pero tratable, con probabilidades de curación. Es el paciente que debe operarse, a veces cirugías grandes, meticulosas, de riesgo y después se les recomienda que deben recibir quimioterapia o radioterapia, o ambas, para lograr su curación si es posible. Esta persona tiene el derecho a consultar otro ONCÓLOGO si quiere una segunda opinión pero debe actuar de inmediato, debe seguir el tratamiento que se le prescribe de una vez. Nada de que viene diciembre, esperaré a que pase la navidad y me pongo en eso en enero, NO ES UNA OPCIÓN. El cáncer debe ser tratado al momento que se diagnostica y debe dedicase todo el esfuerzo en cumplir el tratamiento, COMO LE ES INDICADO. La navidad la vamos celebrando en conjunto. De seguro nuestra familia nos apoyará, unos económicamente para costear el tratamiento, otros solidariamente, todos con amor de seguro. Al fin somos familia. La navidad no es una excusa para no cumplir o diferir el tratamiento porque las células cancerosas no se detienen en navidad, ellas seguirán reproduciéndose si las dejamos. Paralelamente al tratamiento, habrá tiempo de celebrar con los suyos estas fechas, a lo mejor no se podrá comer hallacas o ingerir licor, pero debe tener en mente que está haciendo algo mucho más importante: LUCHANDO DE FRENTE POR SU VIDA. No debe dejar de lado la posibilidad de curarse y será en navidad si toca. Sea cual sea el desenlace, quedará la tranquilidad de que se hizo lo indicado, todo lo que fue posible para el caso.
Lo mismo repetimos para el paciente a quien le aparece un tumorcito en la mama, la piel, en una endoscopia de estómago o colon por ejemplo y su médico le dice que es un cáncer pequeño y tiene muchas posibilidades de curación. Opérelo si es la opción o trátelo de una vez. Muchas lesiones requieren de quimioterapia, radioterapia o ambas, antes de la cirugía y se debe comenzar. Nada de que para enero, ya que es pequeñito, es lo mismo ahora que dentro de un mes… No tome esa decisión a menos que lo proponga su médico. Cuanto antes trate un tumor diagnosticado tempranamente, más alta será la posibilidad de curarse, es lógico. Usted va a celebrar las navidades con la tranquilidad de que ha elegido la mejor opción para curarse. Si no puede comerse sus hallacas, costumbre muy arraigada en Venezuela o tamales en Colombia, pavo en Thank’s giving celebrará con los suyos cómo quedaron y alguna le guardarán para después… Creo que si los comerá de todos modos.
Los pacientes sobrevivientes, tratados, que cumplieron sus tratamientos y han superado sus cirugías, quimios y radiaciones, son quienes más tienen que celebrar esta y las navidades venideras. Pero teniendo conciencia que deben chequearse periódicamente para afianzar cada vez más su curación, si las cosas han salido bien, como sucede en la mayoría. Porque se cura, se puede curar cuando se diagnostica a tiempo y se cumplen los tratamientos está más que comprobado y si es su caso, Usted no tiene por qué ser la excepción.
Hay otra realidad que no podemos obviar que se tiene que decir y es la situación de los pacientes que no tienen como costear los tratamientos para el cáncer. Lamentablemente representan una proporción importante de casos diagnosticados en diferentes estadios con las mismas probabilidades de curación de acuerdo al estado de su enfermedad pero no reciben el tratamiento como debe ser por su situación económica. Ellos son los héroes ignorados por la sociedad, por los políticos, por los gobiernos. Son a los que no encontramos la manera de recomendarles como celebrar la navidad en medio de sus carencias y sabemos que la celebran a veces con más cariño y unión familiar que los demás.
Es lamentable la deficiencia de medicamentos, posibilidades de intervenirse quirúrgicamente o ser tratados con radiaciones en el medio público. Prácticamente no hay equipos para radioterapia en la medicina pública en Venezuela. En todos los hospitales públicos los quirófanos se han ido deteriorando y los cupos para las cirugías de todo tipo van disminuyendo. La cirugía de emergencias agobia estos centros. El Estado provee los medicamentos para quimioterapia a través del Seguro Social para casi todos los pacientes con cáncer en Venezuela, esto hay que reconocerlo, pero siempre hay fallas de alguna medicina por lo que deben comprarlas en privado o fuera del país. Los tratamientos con quimioterapia requieren de una periodicidad definida, cada 21 días y eso no es posible muchas veces por falta de algún medicamento. A pesar de todas estas dificultades o irregularidades, también hay un grupo importante de pacientes de bajos recursos que han superado o están superando su cáncer a pesar de estos obstáculos. Esos pacientes cuentan con los médicos que los atendemos en los hospitales, a pesar de todas las carencias, ellos siguen luchando, asistiendo a sus consultas, haciendo lo imposible por recibir sus tratamientos y no pierden la esperanza de curarse. También tienen derecho a celebrar sus navidades y deben hacerlo.