El hecho de que se compran los insumos al precio que se encuentren y que se debe pagar el mantenimiento de los equipos de igual manera, ha preservado la calidad del ejercicio privado de la oncología en nuestro país, a expensas de un alto costo que se traduce en aumento de los precios de las consultas. Desde el papel para cubrir las camillas, los guantes, inyectadoras e imagínese el material para imprimir fotografías de ultrasonidos, las agujas de biopsia, materiales de sutura han aumentado paralelamente a la inflación. Como por esta causa el servicio que prestamos reduce el número de pacientes que pueden costearlo, muchas veces es necesario adaptarnos a sus posibilidades para no dejar de atender al paciente ( tampoco ir a la quiebra) y al fin y al cabo es nuestro deber evaluar y tratar a la mayoría de quienes requieren de nosotros, ya que como dejé claro la calidad de servicio en los centros públicos ha mermado considerablemente. Aunque es imposible atender en privado a quienes no tienen para costearse el servicio, sí hay un grupo considerable de pacientes que, adecuando los costos a sus posibilidades e interviniéndoles en centros clínicos más económicos, pueden ser tratados en privado.
En nuestro país el estado a través del Seguro Social provee a los pacientes de las drogas antineoplásicas, cuando las tiene; pero muchas, llamadas de alto costo, no se encuentran frecuentemente, por lo que las debe comprar el paciente en instituciónes privadas o en el exterior, para recibir el tratamiento que requieren correctamente. Afortunadamente la mayoría de los médicos internistas oncólogos no han emigrado del país al igual que los especialistas en radiaciones. Se cuenta con aceleradores lineales privados para cumplir adecuadamente los protocolos de tratamiento en las principales ciudades del país.
Los costos de estos tratamientos e intervenciones quirúrgicas se calculan en dólares, así se cobren en bolívares ya que de manera implícita los insumos, proviniendo del exterior, se pagan en divisas y en la actualidad los precios de todos los alimentos, artículos de primera necesidad, repuestos, etc., se calculan en dólares aunque por normas gubernamentales los precios deban darse en bolívares. Los presupuestos de intervenciones en los centros privados son altos, pero resultan mucho menos cuando se comparan con lo que cuesta la medicina en otros países, de allí que se registra un número importante de pacientes que nos visitan para tratamiento provenientes de otras naciones por los menores costos para ellos y la calidad de la atención médica en Venezuela. La historia clínica y exámenes los revisamos vía Internet y se les prescriben las medicinas y otros insumos que pueden conseguir a mejores precios en sus países de origen. Transporte, alojamiento y presupuestos de su consulta médica formal y hospitalización se tramitan desde su país de origen de manera que su estadía en el nuestro se les hace lo más segura y confortable posible.
En resumen, el ejercicio privado de la oncología en Venezuela mantiene un nivel de calidad adecuado aunque los costos son elevados por lo que se debe disponer de recursos económicos suficientes para acceder a ese servicio. Los oncólogos debemos adaptarnos a la situación tratando de cobrar honorarios razonables de acuerdo a la capacidad adquisitiva del paciente.