Es difícil pero a la vez necesario hablar del tratamiento del cáncer en Venezuela en estos tiempos, sobre todo a nivel de los hospitales públicos, de lo que le ofrece el gobierno a la ciudadanía en relación a oncología.
Los médicos que seguimos trabajando en hospitales públicos lo hacemos (hablo en mi caso), porque desde que nos graduamos nos hemos comprometido a ejercer una labor social durante nuestra carrera profesional y esto solo es posible atendiendo al pueblo en los hospitales. Nos hemos convertido en los representantes de la situación deplorable como se maneja la medicina pública ante los pacientes que acuden a las consultas en busca de solución a su enfermedad, el cáncer de que hablamos. Por otro lado, a pesar de las deficiencias se continúan realizando cursos de postgrado en nuestros hospitales y somos los encargados de transmitir el conocimiento a las nuevas generaciones, a pesar de la situación que vivimos.
Las consultas se realizan en ambientes que no son los ideales. No ha habido mantenimiento los últimos 15 años. Al inicio del gobierno actual, hace más de 20 años se adquirieron numerosos equipos, chinos en su mayoría, que no sirven actualmente por falta de mantenimiento. En algunos centros hay fallas de cosas elementales como guantes, material para consultas ginecológicas, jabón para lavarse las manos… Y equipos elementales como luces frontales, computadoras para ver los estudios en CDs, equipos de biopsias; así tenemos que trabajar, o no hacerlo. Hemos intentado llamar la atención parando las actividades hasta se subsanen los defectos, pero se logran pocas cosas y mientras tanto no se atienden los pacientes y se acumulan los casos, ya que no pueden acudir a otros Centros, que están la misma situación. De hecho éticamente los médicos tenemos la obligación de atender los pacientes pero no podemos ocultar la imposibilidad de hacerlo adecuadamente y somos los que damos la cara al público.
Ya una vez diagnosticado el tipo de cáncer que tiene el paciente, debe ser tratado bien sea con cirugía, si es diagnosticado precozmente o con drogas antineoplásicas (quimioterapia) y/o radioterapia si el caso es más avanzado y amerita esos tratamientos de una manera pre operatoria o definitiva. Las drogas para quimioterapia escasean, son distribuidas en su mayoría por el gobierno y pocas veces se consiguen todas las necesarias para los esquemas de tratamiento, por lo que toca improvisar o administrar las que hay: algo increíble. En la mayoría de los hospitales que atienden pacientes oncológicos, las intervenciones se encuentran retrasadas por la cantidad de pacientes esperando por ser intervenidos y los retrasos en los quirófanos que se producen periódicamente por falta de insumos, problemas de mantenimiento, defectos en los equipos, problemas con las salas de recuperación y terapia intensiva y, por supuesto la indiscutible disminución en el número de cirujanos y más aún personal de enfermería, intrumentistas, por el éxodo migratorio que ha producido la situación del país. Prácticamente no hay en la actualidad equipos de radioterapia funcionando en el medio público, es decir, no se cuenta con el tratamiento con radiaciones para los pacientes que no tienen recursos.
De manera inexplicable, el pueblo, los pacientes atendidos en la medicina pública, adoptan en su mayoría una actitud pasiva, conformista, esperando a poder ser atendidos, recibiendo tratamiento que saben son incompletos, viendo muchas veces como sus tumores crecen o empeoran sin hacer nada, al menos reclamar ante las autoridades competentes o haciendo público su problema. Los oncólogos estamos viendo muchos tumores como lo hacíamos hace más de 30 años, avanzados, más difíciles de tratar porque, cuando era posible curarlos en etapas tempranas, no fue posible por los problemas relatados.
Los médicos que continuamos en los hospitales públicos, nos hemos quedado porque nos sentimos necesarios para los pacientes que allí acuden, para los médicos en formación que trabajan con nosotros y por la mística del personal paramédico y de mantenimiento que se ha mantenido en esos hospitales esperando un cambio de situación, de orientación hacia el problema de salud venezolano y en nuestro caso oncológico, que nos permita atender a los pacientes de manera ideal, y no pidiéndoles guantes, gasas, adhesivo, medicinas para examinarles, insumos necesarios su evaluación y tratamiento.
No me interesa la política ni escribo con fines políticos lo hago por el interés de las personas que trabajamos en los hospitales de hacer las cosas bien. De prestar un servicio actualizado y eficaz para los pacientes oncológicos. La situación a la que me he referido no se ubica en el tiempo actual únicamente. No se vincula a un bloqueo económico. Viene desde hace más de 15 años, cuando cesó el despilfarro del ingreso petrolero en obras que no se concluyeron y se robaron, quienes tuvieron en sus manos los presupuestos, el dinero que a todos nos pertenece. Los pacientes de bajos recursos que hoy sufren de cáncer, no entienden cómo habiéndose invertido mucho dinero en equipos estos se hayan perdido en poco tiempo, no sirven en la actualidad. Solo fueron objeto de una negociación para enriquecer unos pocos, que en su mayoría ya están en otros países disfrutando sus "ganancias". Somos testigos de eso y nuestros pacientes las víctimas.
En el próximo Blog, el escenario privado de la oncología en Venezuela, también afectado por la situación País...