ADVERTENCIA: ESTE ESCRITO ES LARGO Y ESTÁ DEDICADO SÓLO A AQUELLAS PERSONAS QUE FUMAN, HAN INTENTADO DEJAR DE FUMAR Y NO HAN PODIDO QUE QUIEREN LOGRARLO.
El tabaco es un compuesto vegetal, derivado de la planta que origina su nombre que contiene nicotina, droga sumamente adictiva y, cuando se consume como cigarrillo o “puro”, aditivos químicos que se agregan en su fabricación para darle sabor, bouquet, etc. Su combustión produce más de quinientas sustancias o componentes dañinos a los pulmones y muchos otros órganos, siendo muchos de ellos cancerígenos (productores de cáncer) comprobados. Quizás Usted no fuma, sino que usa el tabaco masticado, o se coloca una bola de pasta de tabaco en la boca y la mantiene entre los carrillos dentales y mucosa de las mejillas y los “chupa” algo común en Estados Unidos, antes mucho en los deportistas. Así no lo esté quemando, se absorbe la nicotina por vía digestiva y por ahí es malo también e igualmente adictivo. Todo esto me motiva a seguir escribiendo sobre cómo dejar este hábito (prefiero llamarlo así y no adicción).
La mayoría de las personas que consumen tabaco dan por descontado que no pueden dejar ese “vicio”, como ahora se le denomina socialmente, sobre todo a los que no les gusta, pero resulta que cualquier cosa que entremos a nuestro organismo por la nariz, boca u otra vía se transforma en algo dañino cuando se consume en exceso, hasta la comida… No me interesa polemizar sobre qué es mejor y solo concretar que todos los excesos son perjudiciales.
Yo fumé mucho, sobre todo en mi juventud, desde los 15 años, más o menos. Como escribí hace algún tiempo, se fumaba en los recreos de los colegios y liceos (“escondidos”), en la universidad inclusive durante las clases, cuando los profesores lo hacían e inclusive estuve en hospitales donde los médicos pasaban consultas fumando.A veces pasábamos la noche estudiando y el cigarrillo resultaba un estimulante para continuar despiertos. De los años 40 a los 70 el cigarrillo se convirtió en algo muy común, y los que no fumaban se quejaban poco. De los 80 en adelante, los no fumadores empezaron a quejarse de las molestias ocasionadas por el humo producido por los “viciosos” y se asoció científicamente el hábito de fumar con el cáncer de pulmón. Una corriente popular, científica y posteriormente política se ha creado contra el hábito de fumar al punto que en la mayoría de los países ya no se puede fumar en sitios cerrados, congregaciones públicas, y muchos sitios.
Lo primero que se requiere para dejar el tabaco es QUERER, DESEAR SINCERAMENTE de fumar. Primero que nada, debe formarse una matriz de opinión sobre todos los efectos negativos del tabaco, los ingredientes dañinos que contiene, las molestias que causa a los demás por fumar y evaluarse físicamente con especialistas, cardiólogo y neumonólogo, para conocer cuál es su estado de salud , o los estragos que en su persona ha causado el tabaco. Muchos de ellos, téngalo en cuenta, pueden ser reversibles y el riesgo de tener cáncer de pulmón disminuirá de manera importante: Mientras más tiempo pase de haberlo dejado, más se aproximará Usted al riesgo de cualquier persona no fumadora de tener cáncer, a la normalidad. Hay muchísimo material en internet fácilmente consultable a su disposición.
Dejar el cigarrillo representa un cambio tan importante en su vida que para quitárselo tendrá Usted que cambiar o modificar definitivamente sus hábitos de comportamiento. Si va a seguir mi método, deberá disminuir a la mitad la cantidad de cigarros que fuma diariamente y comprometerse a un horario definido para fumar. Por ejemplo, si fuma 20 cigarros al día, bajará a 10 la primera semana y puede distribuirlos como quiera, yo lo hice de la siguiente manera:
1° Al levantarse o el primero del día.
2° Después del desayuno
3° Camino al trabajo
4° A media mañana
5° Al mediodía
6° Después de almorzar
7° A media tarde
8° Camino a casa
9° Después de cenar
10° El de despedida del día
La distribución debe hacerla a su manera, de acuerdo a sus costumbres, pero comprometerse a cumplir cabalmente, no fumando un solo cigarro fuera del compromiso.
Por otro lado, debe tratar de mantenerse ocupado todo su tiempo en el día, es decir, estar siempre haciendo algo, tener la mente concentrada en alguna actividad. Le aconsejo dedicar al menos una hora diaria al ejercicio y, si es posible, que sea al levantarse en la mañana, si es necesario, levantarse una hora antes de lo que acostumbra. Yo dedico tres días a la semana a trotar suavemente y los otros tres a hacer ejercicio en mi casa; lunes TRX, martes trote, miércoles pesas, Jueves trote, Viernes Pilates, sábado trote; los domingos los dedico al esparcimiento con la familia. Los recorridos al trote van en aumento durante la semana así 4Km, 6Km, 8Km. Confieso que eso ha sido posible después de 10 años que deje el cigarrillo. Al principio caminaba 500 metros y me cansaba. Poco a poco caminé más y más y comencé a trotar de manera suave pequeños trayectos, hasta poder hoy día trotar hasta 10 Km sin problemas aparte del cansancio normal que eso pueda generar. Usted no se imagina lo gratificante que es el ejercicio, tenga la edad que tenga. Si piensa que le va a entorpecer sus labores diarias, pues todo lo contrario, se sentirá más dispuesto, con más ganas de hacer sus cosas. Además mejorará su aspecto físico, bajará de peso, se nutrirá mejor con los alimentos que consume a diario, los aprovechará mejor y eso lo animará a seguir, a hacerlo mejor. Pésese semanalmente y verá los resultados. Ah! si puede ejercitarse también en las tardes un ratico, pues mejor.
Si ya el ejercicio es parte de su rutina, verá como rinde mucho más al dejar el tabaco y debe aumentar un poco la calidad y cantidad para notar la diferencia. ¡El ejercicio es vida!
Lea, lea todo lo que pueda, todo lo que pase por sus manos, le distraerá y adquirirá conocimientos. No deje para otro día las diligencias que tenga que hacer, hágalas en el momento que se hacen necesarias. Ayude en la casa en las labores de rutina, se le agradecerá y mantendrá ocupado. Haga saber a sus amigos y co-fumadores que se ha propuesto dejar el tabaco y pídales ayuda para lograr su objetivo. El estar con personas fumando será una dura prueba al principio pero llegará el momento que por sí mismo las evitará o solicitará que no fumen a su lado. Verá usted luego lo que le molesta el humo que producen los demás y lo evitará por sí mismo. ¿Se ha dado cuenta que al notar que alguien a su lado saca un cigarro usted piensa en fumar en seguida, que para evitar la molestia del humo, más bien le provoca fumar, producirlo Usted?, pues ahora dirá tranquilamente, no gracias, ya no fumo, lo dejé y me siento mejor así...
Muchas personas que han dejado el tabaco le dirán que se trata de fuerza de voluntad, de una decisión firme y radical que implica dejar de fumar y ya, no hacerlo más. Lo de la voluntad es indudable; se trata de una decisión firme, irrenunciable y definitiva. Pero de una vez por todas es duro, se trata de una adicción de años y para hacerlo de una sola vez debe acompañarse de algún acontecimiento importante que lleve a esa decisión de hacerlo de golpe, sabemos que es así. A mí un amigo me dijo que la única manera era buscar un especialista, probablemente psiquiatra y hospitalizarme, hacer algo así como una cura de sueño prolongada para quitarme el vicio. Otros que es bueno mantener un poco de especia de clavo, jengibre, que coma apio (celery) o zanahoria cuando provoque fumar. Sobran recomendaciones al respecto. Lo de tener algo en la boca, funciona, pero es difícil tener a la mano siempre algo de eso. Sin embargo, ayuda mucho. Otro dato muy útil y saludable, es beber un vaso de agua en vez de fumarse un cigarro, ayuda a la depuración, es más saludable. Todos debemos beber al menos 8 vasos, dos litros de agua al día, para mantener la función normal de los riñones y su labor depurativa de limpieza de los elementos dañinos en la sangre. Si tomamos más agua, mejor ejercerá su función. Mas orinamos, mejor funcionamos.
Ahora bien, lo importante es dejar el hábito del tabaco, yo solo le describo mi método, la manera en que lo dejé y que me ha permitido no desearlo más, me permite estar con personas que fuman y rechazar completamente el deseo de fumar. Se siente totalmente innecesario y se entiende verdaderamente el por qué a las personas que no fuman les molesta el humo del cigarro, en verdad es desagradable.
La clave para dejarlo entonces es disminuirlo drásticamente a la mitad desde el primer día que se decide a dejarlo, por supuesto que planificando a detalle cómo lo va a hacer y posteriormente DISMINUIR UN CIGARRO DEL PROGRAMA CADA SEMANA. He ahí el detalle. Usted va a decidir después de 7 días cual es el cigarro que va a eliminar del programa, de manera sucesiva. Generalmente eliminamos el primero del día; es el menos necesario, el irracional, el que no tiene ninguna razón de ser si estamos decididos a dejarlo y cuya eliminación más bien ratifica nuestro compromiso de dejar el hábito de fumar, a veces nos lo fumamos sin haber comido.
Cada semana Usted se va a sentir mejor, amigo o amiga, y notará cómo le va haciendo menos falta el fumar, conforme va disminuyendo su consumo semanal. Es tan cierto, que le aseguro que no llegará a la semana de fumar un solo cigarro, es muy probable que cuando vaya por tres o dos al día decida dejarlo, cuando se dé cuenta que está fumando por seguir un horario de fumar y no por que sienta el deseo de hacerlo, que no tiene sentido, que sabe mal. Parece increíble pero es así.
Siendo médico, habiendo usado chicles de nicotina, parches de lo mismo, tratado de seguir las recetas y métodos de otros, fue de esta manera que por fin conseguí dejar el hábito de fumar, por eso lo recomiendo. Eso sí, no lo intente si no está decididamente dispuesto a dejarlo, si no está convencido de que es dañino para Usted y los que le rodean. Vale la pena y le invito a intentarlo.
Le pronostico un cambio radical en su vida: Respirará mejor, hará cada vez mejor sus ejercicios con menor cansancio y más aprovechamiento. Los resultados se harán ver. Olerá mejor los perfumes, los alimentos, las comidas que tanto se esfuerzan en su casa por prepararle y hacerlas agradables, notará ese esfuerzo en su olor y sabor. Compartirá más y mejor con su familia y amigos.
Escríbame de su experiencia y súmese al inmenso y muy mayor mundo de los no fumadores, protectores de sus pulmones y del aire ajeno.