Nadie puede imaginar lo que puede sentir un paciente cuando le damos la noticia de que tiene un tumor maligno. Las reacciones pueden ser muy variables pero nunca agradables. Es un reto que se impone al paciente desde el momento que se le da a conocer su diagnóstico.
Lo primero que quiero hacer comprender a los pacientes es que el cáncer es muy común hoy día. Y sobre todo que la mayoría de las veces no va a ser mortal, sobre todo si se ha diagnosticado en sus estadios iniciales. Siempre va a haber un tratamiento con altas probabilidades de curación y en los que no se pueden curar, muchísimas alternativas para mejorarles su calidad de vida. Si la actitud es negativa o muy preocupante lo ideal es consultar por ayuda psicológica o psiquiátrica en las reacciones exageradas. Aquí la desesperanza no tiene ningún lugar.
A mis pacientes siempre les hago ver que el éxito en su tratamiento depende de ambos, médico y paciente en 50-50%, mitades iguales. No se trata simplemente de realizar la operación indicada o prescribir las drogas necesarias hay una situación importante de ACTITUD. Más que nunca la persona con cáncer tiene que hacer un recuento de lo que ha dejado de hacer por su salud y corregirlo de inmediato: Dieta adecuada, rica en fibra, vegetales, proteínas y grasas sanas. Hacer ejercicio todos los días. Es algo que se puede hacer a cualquier edad, inclusive en los de mayor edad, en los impedidos con ayuda de otros. Dejar el tabaco, el exceso de alcohol, por supuesto las drogas o psicotrópicos.
CONFIANZA: Debe convencerse de que se le ha prescrito el tratamiento apropiado y que, cumpliéndolo rigurosamente, se obtendrán los mejores resultados posibles. Si va a ser intervenido y le indico que puede sentarse al día siguiente, que debe caminar lo antes posible, debe hacerlo. Por supuesto que sé que tiene una herida quirúrgica, que le he realizado una cirugía interna y eso duele, pero si le indico movilizarse, es porque es lo mejor para él o ella. El umbral o susceptibilidad al dolor varía mucho en cada persona pero tratamos de llegar a la dosis ideal de analgesia en cada paciente y hay esquemas de tratamientos continuos para el dolor que están a disponibilidad si son necesarios. Pero tiene que haber la motivación personal de mejorar, restablecerse rápidamente para salir adelante de una intervención.
Algunos esquemas de quimioterapia producen malestar como náuseas, dolores óseos, caída del cabello, pero son cosas que se van a revertir en el tiempo. Los primeros, disminuyen con los tratamientos sucesivos y el cabello renacerá, a veces más fuerte que antes. Las radiaciones pueden tener también algunos efectos dependiendo del sitio en que se utilicen, pero serán efectos pasajeros.
En todos los casos, los síntomas deben desaparecer o aliviarse cuando la persona se dé cuenta de que está mejorando su enfermedad, que el tumor está respondiendo al tratamiento o se ha curado. Que si la cirugía no extirpó la enfermedad completamente hay alternativas que completan el procedimiento o mejoran el resultado y muchas veces terminan por curar la enfermedad.
El cáncer es una enfermedad como cualquier otra y la posibilidad de curarse es igual: Dependen de la gravedad que tengan para el momento de su diagnóstico y de la actitud de quien las tiene ante las mismas. De nada sirve estar en las mejores manos si no se cumplen los tratamientos a cabalidad, si no se cambia el estilo de vida si ha sido errado, si no se piensa en positivo. Los médicos somos asesores, terapeutas, científicos pero hasta ahí llegamos. Tratamos de dar todo lo que conocemos en bien de nuestros pacientes pero dependemos de la confianza y respeto con que ellos tomen y ejerzan nuestras indicaciones.