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Foto del escritorRamón Rodríguez Morales

CÁNCER DE DEL INTESTINO GRUESO: El colon, sigmoides y recto


El intestino grueso empieza en el lado derecho del abdomen en una porción inicial llamada “ciego”, porque con la evolución del ser humano ha disminuido de tamaño y una porción de intestino anexa a él se atrofió con dicha evolución quedando el apéndice cecal como un remanente intestinal del grosor de un dedo meñique y diferentes largos, rara vez mayor de 15 cms. Es donde se producen las APENDICITIS, generalmente por la obstrucción por un pedacito de comida digerida o fecalito, que tratándose de un segmento de intestino muy delgado lo obstruye (obstrucción intestinal en miniatura), produciendo los síntomas y complicaciones que casi todos hemos conocido, desde inflamación leve a peritonitis. El apéndice puede ser sitio también de tumores malignos.

El resto del colon rodea el abdomen como una “U” invertida conformando el marco cólico: Colon ascendente, transverso y descendente. Este último se continúa con el colon SIGMOIDES, una porción sinuosa de unos 30 centímetros, más o menos más suelta que el descendente y a su vez sigue con el recto, segmento más fijo hacia la porción posterior de la pelvis, muy cercano al hueso sacro y que se relaciona por delante con el útero y vagina en la mujer y próstata y vejiga urinaria en el hombre. Por su anatomía y ubicación se tratan de diferente manera los tumores del colon y sigmoides que los del recto, lo que explicaremos a continuación.

Los tumores del colon y sigmoides se tratan quirúrgicamente al ser diagnosticados, se resecan, para impedir que produzcan obstrucción intestinal o que se diseminen (metasticen). De allí la importancia de la prevención en el sentido de realizarse una colonoscopia periódicamente después de los 40 años y de manera inmediata cuando haya síntomas que lo indiquen, principalmente dolor, sangramiento espontáneo y cambios en el hábito de evacuar (periodos de diarrea alternos con estreñimiento). Por ser la parte final del intestino, el contenido del colon es fecaloideo, heces, por lo que es conveniente limpiarlo con preparaciones laxantes por vía oral antes de examinarlo (colonoscopia) u operarlo. Cuando el tumor se diagnostica por una obstrucción intestinal porque ocupa parcial o totalmente la luz del intestino, no se puede preparar adecuadamente lo que dificulta su estudio e intervención. Generalmente la cirugía consiste en resecar ampliamente y de manera radical (con los ganglios linfáticos que drenan la porción afectada) el segmento enfermo y anastomosar (empatar con suturas) las porciones restantes.

Son importantes los hallazgos operatorios, infiltración del tumor a otros órganos, presencia de metástasis ganglionares o diseminadas en el abdomen, metástasis hepáticas, para decidir el tratamiento subsiguiente, quimioterapia generalmente.

Los tumores rectales son de más difícil resección por su ubicación. El recto mide aproximadamente 12 cms de largo y como ya dije se ubica en la pelvis, relacionado con otros órganos, lo que dificulta la resección de los tumores que en él se originan, sobre todo los que se ubican por debajo de los primeros 8 centímetros (recto bajo). Desde los años 80 se crearon las engrapadoras manuales, auto suturas, que permiten realizar la anastomosis (empate de los dos segmentos restantes de intestino) en un solo paso o engrapado y cada vez se han fabricado más ergonómicas, adaptadas a la anatomía pélvica, lo que ha facilitado las suturas en ese sitio. Por otro lado como el recto está prácticamente fijo, inmóvil, en la pelvis es posible el tratamiento con radiaciones de estos tumores y en la mayoría, se les trata con radioterapia pre operatoria, lo que ha mejorado los índices de curación. Eso se comprobó a finales de los 80 y poco después se concretó también que si se le añadía quimioterapia el resultado es mejor. Sin embargo cuando están tomados los últimos 4 cms del recto se hace necesaria la resección del año en continuidad y el o la paciente quedan con una colostomía permanente en la pared del abdomen, lo que al menos inicialmente resulta incómodo y difícil de aceptar; La experiencia nos enseña que una vez superadas las dificultades de la colostomía reciente, estas cosas se superan y él o ella y sus familiares se acostumbran a vivir con eso, inclusive muchos pacientes controlan sus evacuaciones, lo que les quita la idea de la vergüenza que puedan pasar por los gases o heces por la ostomía en su vida de relación.

En casos seleccionados: Tumores pequeños, pacientes de edad avanzada, lesiones evaluables por ano o rectoscopia y ubicadas en sitios en las que se puedan tomar biopsias de seguimiento, es posible no operar a los pacientes que presentan respuesta completa, desaparición del tumor, después de esquemas de radiaciones y quimioterapia juntos (concurrentes), que se ha evidenciado científicamente pueden curarse con estos tratamientos. Estos pacientes son objeto de un seguimiento muy estricto, de varios años, hasta comprobarse su curación.


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